El Tribunal de Apelación de Patentes y Mercados de Suecia ordena a Betsson, una de las principales empresas de apuestas, que devuelva 5,8 millones de coronas suecas (unos 520.000 euros) a un cliente diagnosticado con ludopatía. La sentencia sienta un precedente importante, que resuena en casos similares en toda Europa y suscita preocupación en Betsson por las posibles repercusiones.

Prácticas de mercado desregulado bajo escrutinio legal

La directiva del tribunal implica que Betsson puede enfrentarse a un aluvión de demandas de particulares afectados por trastornos del juego, que utilicen este veredicto como base para emprender acciones legales. El experto jurídico Magnus Rydeving sugiere que las implicaciones financieras para Betsson podrían ascender a cientos de millones de coronas. Se trata de un hecho que indica un posible revés financiero para la empresa.

El tribunal destacó la responsabilidad de Betsson y afirmó que la empresa debe reembolsar todos los gastos históricos del afectado. Además, podría suponer una indemnización adicional por da?os psicológicos. El demandante alega que Betsson empleó estrategias de marketing agresivas, incluidas bonificaciones frecuentes, a pesar de ser consciente de su ludopatía. Es interesante ver que las acciones ocurrieron antes de regularse formalmente el mercado sueco del juego en 2019, lo que proporcionó una laguna legal para el individuo afectado.

El precedente legal supone una amenaza para los operadores

Magnus Rydeving se?ala que esta sentencia encaja con precedentes legales en Alemania, Austria y los Países Bajos. En estos países, se han recuperado sumas sustanciales de las empresas de juegos de azar. El argumento se centra en que las empresas que actúan contra la ley no pueden conseguir beneficios de tales actividades. Este hecho demuestra que el control legal de las empresas de juego que operan en mercados desregulados aumenta y los reguladores están más atentos.

Sin embargo, en el caso de Betsson, la empresa puede aliviarse porque la sentencia se refiere específicamente al período anterior a la regulación de 2014 a 2019.

Cualquier cliente que intente emprender acciones legales contra Betsson después de 2019 puede encontrarse con más obstáculos legales.

Impacto de la decisión

La decisión destaca aún más la evolución de la dinámica entre los operadores de juegos de azar y los reguladores de la UE. Esto indica posibles desafíos para los interesados con licencia en ciertos países. La directiva legal indica que Betsson podría enfrentarse a varias complicaciones legales por parte de individuos afectados por trastornos del juego, lo que supone una importante amenaza financiera. La sentencia subraya el creciente escrutinio legal al que se enfrentan las empresas de juego que operan en mercados no regulados. Por lo tanto, podría remodelar las prácticas del sector y las normas de responsabilidad.

Betsson mantiene la opción de apelar ante el Tribunal Supremo sueco, pero las intenciones de la empresa siguen sin revelarse. El resultado de este caso podría remodelar las prácticas de la industria y elevar el listón de la responsabilidad en el sector del juego. Asimismo, influiría potencialmente en el panorama de los mercados no regulados y las operaciones con licencia en la Unión Europea.

Antecedentes del caso

Betsson tuvo que hacer frente a la demanda de un jugador que alegaba manipulación por parte del operador. El jugador alegó que Betsson lo atrajo al juego excesivo con viajes, bonos e incentivos a pesar de sus evidentes signos de ludopatía entre 2016 y 2018. La demanda, en la que pedía casi 5 millones de coronas suecas (443.113 euros) por da?os y perjuicios, cuestionaba el cumplimiento por parte de Betsson de la Ley de Contratos sueca y su responsabilidad respecto a la ludopatía. Betsson argumentó que las pérdidas del jugador fueron autoinfligidas y citó su capacidad financiera. El consejero delegado, Pontus Lindwall, testificó ante el tribunal. La industria sigue el caso de cerca y sin duda sentará un precedente crucial para el sector del juego. También es paralelo a una reciente demanda similar contra Kindred Group, propietario de Unibet.

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